martes, 25 de septiembre de 2007

Fonetica


Lorito, Lorito, lorito… Repetía sin cesar en su animo de hacer hablar a ese simpático ejemplar. Cada mañana, como si fuese un maestro de primaria, se sentaba delante de el y empezaba su lección de palabras sin sentido aparente…
Bonito… Booooonito. Lorito booooooonito.
El animal se lo miraba con resignación aparente, al tiempo que de vez en cuando dejaba salir algún sonido gutural para regocijo de los presentes y orgullo de don Silvestre.
.-Habéis oído como habla mi lorito. Lo habéis oído?
Preguntaba a quien tenia la inocente osadía de pararse de detenerse por unos instantes a observar las clases impartidas de fonética para loros.
En la puerta de don Silvestre, un rotulo elocuente así lo decía: Se enseña a hablar bien a loros y cotorras. "Entrada gratuita".